El Discurso

Al hablar de discurso nos referimos a la capacidad de transmitir nuestras ideas o punto de vista a los demás, de manera oral. Para poder convertirnos en buenos discursantes, debemos tener en cuenta que el público al que nos dirigimos debe entender nuestro mensaje de manera clara, además debe sentirse interesado en nosotros y lo que estamos transmitiendo. Para lograr esto, existen unos sencillos pasos según Toscano (2016), que te comparto a continuación.

1. Sé relevante para tu público. Pregúntate cuál es el problema que el público quiere resolver, y habla primero sobre ese problema. Entonces, y sólo entonces, habla de tu área de especialización como la solución a ese problema, dice Morgan. El público comienza por preguntar por qué. ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué me debe importar? Si respondes rápidamente a esas preguntas, entonces te preguntarán cómo. Tu trabajo consiste en responder a la pregunta de por qué y luego abordar el cómo.

2. Sáltate los agradecimientos y pasa a lo importante. Con frecuencia la gente comete el error de comenzar sus discursos agradeciendo al presentador o expresando su felicidad por estar allí. En cambio, entrar de lleno en una historia introductoria indica cuál es el tema sin rodeos, puedes usar una estadística, una pregunta o algún tipo de interacción con el público, aconseja Morgan. Si sabes de qué se trata tu discurso —y debe tratarse sobre algo— debes poder elegir con facilidad con qué abrir. Consigue meterlos en la historia y deja que el público sepa sobre qué tratará tu charla.

3. Utiliza el lenguaje corporal que te haga lucir más cómodo. Si muestras signos de nerviosismo, como cruzar los brazos, o tocar tus manos delante de tu estómago, tu público detectará tu temor y estará  menos abierto a tu mensaje. Tienes que fingir que estás pasando un buen rato y estás abierto a que la audiencia pueda pasar un buen rato y se abra a ti, dice Morgan. Hablar en público con éxito requiere pasión y emoción. Si estás emocionado, tu público también lo estará.

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